El aire es verde, y el cielo
carece de ningún color en especial,
y los campos de té en primavera,
floreciendo como crépusculo de ratas amarillas,
parecen llenar de hormigón el horizonte,
comité revolucionario de oxidadas grúas;
y en la ciudad llueve sopa de miso,
mezclada con champú de Tesco o Mercadona.
Eres mi país,
y tu pecho la capital de mi mundo,
donde duermo aspirando al sueño eterno,
ya en la unidad hechos distintos; y adondequiera que tú vayas,
pues soy tu sombra, iré contigo.
carece de ningún color en especial,
y los campos de té en primavera,
floreciendo como crépusculo de ratas amarillas,
parecen llenar de hormigón el horizonte,
comité revolucionario de oxidadas grúas;
y en la ciudad llueve sopa de miso,
mezclada con champú de Tesco o Mercadona.
Eres mi país,
y tu pecho la capital de mi mundo,
donde duermo aspirando al sueño eterno,
ya en la unidad hechos distintos; y adondequiera que tú vayas,
pues soy tu sombra, iré contigo.
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